viernes, 8 de junio de 2007

¿ES COMPATIBLE LA ASTROLOGÍA CON EL CRISTIANISMO?

Que la astrología sea válida o no, es una "cuestión de hecho": sólo puede ser verificada empíricamente, estudiándola a fondo y comprobando su eficacia como vía de conocimiento de la personalidad humana y de las capas más profundas de la psique. En este sentido, el autor de estas líneas está empíricamente convencido de tal validez: no se trata, como tantas veces se dice, de "creer o no creer en la astrología". Se trata simplemente de estudiar y comprobar.

Pero, ¿puede el cristianismo aceptar la astrología? Como se sabe, el Catecismo de la Iglesia Católica la condena como parte de las artes adivinatorias a las que tan aficionado es el sujeto posmoderno. Sin embargo, grandes sabios de la Iglesia, como San Alberto Magno o Santo Tomás de Aquino, admitieron la legitimidad de la ciencia de los astrólogos. De modo que resulta necesario establecer algunas ideas básicas sobre esta cuestión.

En primer lugar: el cristianismo es incompatible con la astrología si se entiende que ésta suprime la libertad humana y que comporta un cauce inexorable para nuestros actos. De este modo, sería inaceptable una concepción estoica de la astrología. Y, en segundo lugar, también debe rechazarse, desde un punto de vista cristiano, lo que podríamos llamar la "concepción posmoderna de la astrología", que, en el fondo, es una versión actualizada del viejo estoicismo determinista: para la mentalidad esotérico-posmoderna, cercana a la Era de Acuario, la astrología significa que no existe un sujeto humano sustancial, una voluntad nuclear con la que el hombre decida libremente sus actos, sino que el ser humano está insertado en una complejísima trama de influencias cósmico-astrológicas que le liberan del peso de la libertad. En último término, el hombre no sería verdaderamente responsable de lo que sucede en su vida, sino víctima pasiva de un acontecer astrológico inexorable, náufrago y vagabundo a la deriva, conducido por las corrientes invisibles del universo. Tales ideas subyacen, por ejemplo, en buena parte de la astrología americana (Stephen Arroyo, Liz Greene), muy ligadas a la concepción kármica e hiduista de la astrología.

Finalmente, muchos de nuestros contemporáneos convierten la astrología en una especie de religión o sucedáneo de la religión. Una forma de idolatría que, sin duda, también es condenable desde la perspectiva del cristianismo.

Ahora bien: salvados todos estos obstáculos, la astrología resulta perfectamente aceptable para un cristiano abierto a las múltiples y sorprendentes dimensiones de lo real. La realidad y la verdad son más anchas que cualquier prejuicio. Si se entiende que una carta astral sólo afecta al plano somático-psíquico del individuo, pero nunca a su corazón, al núcleo más íntimo de su conciencia, su voluntad y su libertad, entonces no existe ninguna objeción doctrinal para que un cristiano admita la astrología, ya que ésta ha demostrado empíricamente, y desde hace siglos, su eficacia.



4 comentarios:

Ian Saito dijo...

La Astrología no deja de ser el mapa Michelin que nos muestra todas las posiblidades para nuestro actual viaje. Pero a diferencia de un mapa, también nos dice como viene equipado el vehículo y si indagamos lo suficiente quien lo conduce, incluso que lugares se han visitado y en que circunstancias, y que traemos de aquellas visitas tanto en el debe como en el haber.
Nuestra posibilidad como hijos de Dios, es elevarnos por sobre la carta,es nuestro privilegio divino, y en esencia lo que revela la carta no deja de ser información privilegeada para quienes pueden interpretarla correctamente y en profundidad. Es la sabiduría intuitiva la que diferencia la carta de un genocida a la de hombre total, pueden ser muy parecidas las cartas astrales, salvo por simbolos que indican evoluciones en vidas pasadas.
La Astrología Karmica está reñida con las creencias actuales de religión Católica, a pesar que en un principio los Cristianos creían en la reencarnación, lo curioso es que no fué un hombre religioso quien la prohibió.
La Astrología, que se le conocía como ciencia divina, fué enseñada por más de 400 años en todas las universidades de prestigio en europa, hasta que el edicto Colbert la desterró para siempre de las aulas.
Conocerse uno mismo, es el fin último de la Astrología,no es lo que sabemos lo que daña, sino lo que no sabemos. No se puede saber en que estadios evolutivos se encuentra alguien solo interpretando su carta natal, solo le puedo describir su mapa, los actuales tránsitos planetarios que crean inclinaciones, y cada persona en su interior podrá revisar íntimamente lo que ha hecho, lo que está haciendo y en consecuencia lo que quiere hacer con esta, su vida.
La Astrología inclina, no obliga.
Ian Saito ( iansamo@hotmail.com)

Daniel Cedillo dijo...

Escrito está en LEVITICO 19, 26:

"No comáis nada con sangre. No practiquéis encantamiento NI ASTROLOGÍA".

La Sagrada Biblia.

Daniel Cedillo dijo...

Escrito está en LEVITICO 19, 26:

"No comáis nada con sangre. No practiquéis encantamiento NI ASTROLOGÍA".

La Sagrada Biblia.

Anónimo dijo...

Me hace mucha gracia como algunos cogen citas fura de contexto de la Biblia y las colocan ahí, sin más para atacar a la astrología. Por favor lean toda la Biblia, la historia de los Padres de la Iglesia, de los Papas, etc., y se darán cuenta de que la astrología es perfectamente compatible con el cristianismo. ES más, la astrología occidental sin el cristianismo, no es más que una cáscara vacía de contenido y de moral. La astrología y el cristianismo comparten un paradigma común. Otra cosa es que la astrología moderna esté tan corrompida e imbuida de relativismo, new age y errores que en nada se parezca a la astrología tradicional, pero creo que teníamos que hacer un esfuerzo de comprensión que fuera más allá de coger citas bíblicas fuera de su contexto.